viernes, 24 de enero de 2014

LAS FORTIFICACIONES DEFENSIVAS

El ser humano siempre ha buscado protegerse frente a extraños y de cohibir los intentos por parte de otros de tomar por la fuerza determinados lugares y en Las Merindades podemos ver varias épocas diferentes de construcciones. Muchas veces para hablar sobre estas construcciones debemos hablar de arqueología porque no todo lo que tenemos a nuestro alrededor ha llegado hasta nuestros días. ¿Quiere decir eso que ha desaparecido? No, todo lo contrario, está bajo nuestros pies esperando que algún día se pueda excavar y recuperar ese pasado perdido. Algunos puede que piensen que estamos locos al decir esto, pero lo cierto es que el ser humano va dejando huellas allá por donde va y aunque muchas se van "evaporando", podemos ver como hace no demasiados años, hace tres décadas Roberto Fernandez daba con la ubicación de la fortaleza de Tedeja.

En la web de nuestro amigo Pedro Mª Vargas (Castillos del Olvido) podemos encontrar decenas de fotografías y parte de la Historia de estas construcciones


Esta originaria fortaleza tiene varias épocas distintas de uso, en época tardorromana, posteriormente durante la época visigoda y finalmente en la época de la Reconquista. Posteriormente pasó a ser la cabeza de un alfoz pero cuando su uso dejó de tener sentido, cayó en el olvido como ha ocurrido con otras construcciones. De esta primera época solamente existen estos restos, aunque en trabajos como la tesis doctoral de Mª Carmen Arribas Magro, podemos encontrar más yacimientos arqueológicos que pueden dar lugar a potenciales sorpresas en el futuro.

Pero debemos saber que de esta primera época, anterior al año 1000 D.C, no nos queda en Las Merindades prácticamente nada, y debemos hacer un salto hasta el valle de Manzanedo para encontrarnos con los lienzos de un viejo castillo que sirvió de frontera cuando esta comarca estuvo bajo el gobierno del rey de Pamplona (aproximadamente entre el 1038 y el 1054), de nuevo nos dirigimos al espectacular trabajo de Pedro Mª Vargas y tomamos una de sus fotografías.


De nuevo un castillo en lo alto de una colina, no es de extrañar, porque es más sencillo controlar desde el alto y a su vez es mucho más difícil ser conquistado. Además del de Arreba podemos encontrar castillos en lo alto en Toba de Valdivielso, en Cuesta Urría... y por supuesto el castillo de Frías, que probablemente tenga un pasado mucho más antiguo.

A lo largo del siglo XIII, comienzan a surgir otro tipo de estructuras defensivas, más urbanas y con un sentido más señorial, los musulmanes después de la derrota de las Navas de Tolosa en 1212, están lejos de llegar hasta el norte y estas construcciones sirven para protegerse ante los señores feudales próximos pero también para generar cierto "status social" y para cobrar las rentas de los lugares. Así aparecen las torres que hoy son mayoría en la comarca y que podemos encontrar repartidas por todos los lugares, la torre de los Porres en Cidad, del siglo XIII, el Alcázar de Medina del siglo XIV, la torre Ilustre de Espinosa del siglo XIV, la torre de Lezana de Mena también del siglo XIV...


Una vez que la situación se "normaliza" y los señores dejan de tener grandes ejércitos pero siguen cobrando rentas, comienzan a aparecer otro tipo de construcciones más lujosas y que pierden su valor militar pero que generan un mayor status social y que son los palacios. Estos en ocasiones se construían anexos a las torres, pero en otras ocasiones se construían nuevas estructuras independientes. Un caso de los primeros sería el palacio de los Fernández Villa en Espinosa de los Monteros, y en ese mismo lugar un caso de los contrarios, sería el palacio de los Marqueses de Chiloeches o el Palacio de los Medina Rosales en Cadiñanos...

Estos tendrían un sentido práctico hasta el siglo XIX, siglo realmente convulso a nivel social y que con la desaparición de los señoríos, hace que estas fortificaciones se abandonen. 

Por último y a efectos anecdoticos, quedarían ya otras construcciones que podríamos llamar "de ocio", en el que podríamos englobar el castillo de Cebolleros construido en el siglo XX, con los cantos del río.



A todo esto habría que añadir la gran labor desempeñada por los "lectores de las piedras", aquellas personas que son capaces de identificar la situación en la que una piedra está fuera de lugar, Eduardo Rojo, experto en estudios onienses, Miguel Zalez y Enrique Dies Cusi, son solo algunos de estos representantes que nos van dando luz sobre los años oscuros.

p.d: De nuevo agradezco enormemente a Pedro Mª Vargas su espectacular labor de fotografía por su amor a las construcciones defensivas.

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