martes, 24 de junio de 2014

A 1/3 de Flandes (bueno unos 7 cm)

Lo reconozco: soy de los Clicks. No creo que me acostumbre a que mis compañeros de la infancia se terminen llamando con el serio nombre de Playmobil, pero...

Fisgando la página de la Asociación Española de Coleccionistas de Playmobil me encuentro con esta exposición en El Palacio Real de Valladolid titulada "Playmobil, lealtad y valor: lahistoria del ejército a través de los clicks". En ella repasan la historia del ejército a lo largo de los siglos. Son ocho dioramas que representan combates como la Batalla de Rioseco, las Navas de Tolosa, las guerras Anglo-Zulus, películas bélicas como Salvad al Soldado Ryan y unidades como los Tercios Españoles.


Volviendo a los soldados españoles más representativos del periodo podemos decir que con Carlos V casi se generalizó el uso de trajes de corte a la alemana con jubones y gregüescos amarillos acuchillados en rojo. Digo casi porque a menudo los soldados vestían de forma arbitraria, ya fuera por dificultades en los abastecimientos o porque los atrasos en las pagas se paliaran, al menos en parte, mediante la entrega de prendas civiles tomadas de las ciudades ocupadas.

Los soldados recibían armas proporcionadas por el rey (Munición Real, la famosa "pólvora del rey") sin verse obligados a desembolsar dinero en el momento ya que el precio de las mismas se les descontaba de futuras pagas. No obstante, aquellos que lo desearan podían adquirir y utilizar armas más de su agrado que las que les suministraba el ejército.

¿Y el casco? Tenemos para escoger: morriones, celadas, borgoñotas, capacetes, almetes y capelinas. Y también variedad de armaduras: media armadura o golas, cotas de malla y chalecos de cuero reforzados a veces con piezas metálicas.

Pero volvamos a los cascos. El más conocido es el morrión que apareció en Castilla a principios del siglo XVI. Su forma era cónica y contaba de ordinario con una cresta casi cortante. Tenía ala ancha, levantada y abarquillada que terminaba en punta por delante y por detrás. Su forma de media almendra hacía resbalar los golpes. En su interior había un capacete de tres o cuatro correas cruzadas, que apoyaban en la cabecera, daban ventilación al casco y amortiguaban los golpes verticales. Lo llevó la infantería pero también los caballeros y notables al ser más ligero y práctico que un yelmo.

Además, el morrión es la imagen del soldado español del Siglo de Oro y de los conquistadores de América. Pero no solo eso sino que fue usado en la mayor parte de los países europeos en los siglos XVI y XVII. 

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