viernes, 30 de mayo de 2014

Bodas de plata de Amadeo I: Nuestro rey cumple 25 años en el trono. ¡Viva el rey!

Castilla no conquistó América; José I fue aclamado por los españoles; Carlos V derrotó a Isabel II; Amadeo I nunca abdicó; Franco perdió la guerra civil... No, no estoy loco, muestro algunas de las ideas que se pueden llegar a usas en las novelas de historia especulativa o ucrónicas.

Dibujo Steampunk de Dimitry Gebenkov al estilo
de Wild Wild West recreando una visión de la Guerra
Civil Norteamericana.

Antes de nada indiquemos qué no es la historia alternativa: 

  • No son los Puntos de vista diferentes: Generalmente el punto de vista del derrotado, real o imaginarias, en contraste con la historia oficial, “la del otro”. No debería cambia los hechos históricos pero, como en el caso español, los partidos nacionalistas han creado una historia ucrónica que resalta hipotéticas derrotas o cambia nombre y significado a guerras reales. 
  • No son las Historias secretas: Una historia secreta consiste en un hecho histórico, real o imaginario, que ocurrió en el pasado pero debido a que sólo lo conocen pocas personas, no ha tenido consecuencias históricas. Por eso, una historia secreta no es relevante dentro de la historia contrafactual académica.
  • No es el Revisionismo histórico: El revisionismo histórico pone en duda la historia oficial, esto es la historia documentada y comúnmente aceptada, y sostiene que estos hechos no han sucedido cambiándolos por una historia revisada, oculta, conocida por iniciados. Situaríamos aquí esas páginas de Internet donde se cuenta que Cervantes, Colón o Erasmo son catalanes pero la perfidia española lo ha ocultado.
  • No son Errores históricos. 
  • No son Anacronismos literarios.
  • No es la Historia futura. Es pura ciencia ficción. 

Concretando: la ucronía es un género literario que se caracteriza porque la trama histórica transcurre en un mundo distinto al nuestro desarrollado a partir de un punto donde un algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad (los arriba citados, por ejemplo). Será un evento histórico conocido o relevante, en el ámbito universal o regional, dependiendo de quién sea el público objetivo de la novela. Se llama punto Junbar o Jumbar en honor a John Barr, personaje de un relato de Jack Williamson de los años 1930 donde se crea un mundo si escoge un guijarro y otro diferente si coge un imán. 

La elección del Jombar suele tener un puntito de mala leche por parte del autor, bien por rechazo a la realidad (política o histórica), bien por un deseo de mostrar nuestros errores, por mostrarnos que no existe el determinismo histórico o bien por un deseo de acentuar la frustración de un colectivo (la patria vasca/catalana ha estado sometida y eso). 



El término lo creó el filósofo francés Charles Renouvier en su obra Ucronía: La utopía en la Historia, que pretendía imaginar el desarrollo de la civilización occidental si el cristianismo y el despotismo militar no hubiesen triunfado en el Imperio romano del siglo II. La palabra está sacada del griego «ou» («no») y «cronos» («tiempo»), es decir: «tiempo que no existió».

Pero no fue el primero en usar este equivocador recurso literario. La primera ucronía lleva la firma de Tito Livio en uno de los capítulos de la Historia de Roma desde su fundación al relatar una guerra entre el imperio de Alejandro Magno y Roma (idea retomada por Javier Negrete en Alejandro y la Águilas de Roma). Aun así, el género resurgió en 1836 con la publicación de Napoleón y la conquista del mundo, 1812-1821 por Luis Napoleón Geoffroy-Château.

El precursor de la ucronía española con Cuatro siglos de buen gobierno (1885) fue Nilo María Fabra. Según nos cuenta Alfonso Melero en Bibliopolis, esta obra fue publicada en 1883 en la revista "La Ilustración Española e Iberoamericana" publica en su número XLIV. El punto de ruptura de la continuidad histórica se produce en 1504 cuando el infante don Miguel, hijo de doña Isabel de Trastámara y de don Manuel de Portugal es proclamado: Rey de Castilla en 1504, por muerte de doña Isabel la Católica; de Aragón, en 1516, al espirar don Fernando, y de Portugal en 1521, cuando ocurrió el fallecimiento de don Manuel el Grande. A los veinticinco años el monarca reúne en sí las coronas de Castilla, Aragón, Portugal y Navarra, más las de Nápoles, Sicilia y las Indias Orientales y Occidentales. Y si su primo siguió siendo un caballeresco flamenco que no arrastró a sus posesiones peninsulares y americanas tras sus deseos centroeuropeos entonces no se produjo la guerra de Las Comunidades de Castilla. 

Fabra aprovecha un suceso histórico importante ya que resulta probable que, al menos en un primer momento, un rey que aglutinara a los tres reinos más poderosos de la época, Aragón, Portugal y Castilla, pudiera haber creado un importante imperio anterior al de Carlos I, dado el poder naval de las tres grandes potencias occidentales reunidas en una. (Parte de una premisa que tiene lógica).



La narrativa ucrónica actual trata temas cercanos: Victoria de los Nazis, viajes en el tiempo donde alguien “la caga” y reescribe el futuro, fracaso de la independencia Norteamericana, fracaso de la Revolución Francesa, la guerra civil USA, la victoria de la Gran Armada de Felipe II frente a Inglaterra, universos paralelos, el Steampunk...

En España solemos jugar con: 

  • La victoria de España sobre Estados Unidos en 1898: Fuego sobre San Juan, de Pedro A. García Bilbao y Javier Sánchez-Reyes, Historia lógico natural de J.J. Melero Guervós. 
  • La victoria de los republicanos en la guerra española de 1936-39: El coleccionista de sellos, de César Mallorquí, En el día de hoy, de Jesús Torbado, Los rojos ganaron la guerra de Fernando Vizcaíno Casas, El Desfile de la Victoria de Fernando Díaz-Plaja y 1936-1976. Historia de la II República Española de Víctor Alba. La mayor parte hijas de la frustración por no haber derrotado al franquismo. La de Torbado fue premio planeta justo después de la muerte del dictador y, personalmente, me parece una obra menor hija de su momento. Una ucronía reciente es el corto titulado Hendaya: cuando Adolfo encontró a Paco, de José Macías y Carla Guimarâes, donde se trata el encuentro de Hitler y Franco. 
  • El periodo de los Austrias Mayores como en Danza de tinieblas, de Eduardo Vaquerizo, en la que se describe un siglo XX alternativo producto de la muerte prematura de Felipe II y su sucesión por Don Juan de Austria. 

Fotomontaje con la bandera de la Segunda República Española
en la Plaza de Colón de Madrid

Pero, ¿Para qué se hace esto? Quiero decir, ¿tiene alguna utilidad fuera de la novela de historia ficción? Aunque parezca mentira, SI.

La historia alterna nos sirve para conocer si un evento histórico fue realmente importante al intentar responder a la pregunta “¿Qué habría pasado si ...?”. Por ejemplo, si se considera que la crisis del final de Carlos IV fue determinante para la perdida de las colonias podría partirse de la pregunta “¿Que hubiera pasado si España no hubiera tenido una crisis institucional en 1808?”. 

En este caso, si al analizar las aspiraciones de Napoleón y las tropas francesas ya en España, el interés del Reino Unido de abrir mercados en Hispanoamérica, el plan de Godoy de trasladar a la familia real a América, las aspiraciones de Fernando, las ideas de americanos ilustrados como Miranda y las aspiraciones políticas de los españoles nacidos en América, etc. se concluye que España hubiera perdido igualmente sus colonias antes de 1825, podría pensarse que el motín de Aranjuez no fue una causa real de la independencia de América. Por el contrario, si se concluye que la ausencia del motín hubiera preservado la unidad del imperio español durante los siguientes 50 años, entonces se prueba que el motín de Aranjuez fue una causa primaria de la independencia.

Con menos rigor académico puede ser fuente de especulación histórica. “¿Cómo sería el mundo si Alemania hubiera ganado la primera guerra mundial?” dando lugar a conclusiones que para un historiador podrían parecer descabelladas pero que en la internet tienen mucha aceptación y permiten disfrutar a muchas personas con esos juegos de artificio. Por ejemplo:



Siempre y cuando no partamos de una premisa descabellada o inútil y conozcamos la historia real, las novelas de este género resultan muy atractivas (sobre todo las que están bien hechas). Si tenéis interés esta página tiene una completa relación de novelas ucrónicas: 


Fisga y disfruta y, si quieres, compáralo con lo que leas en  Batallas en Las Merindades.

Felipe.

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