jueves, 14 de noviembre de 2013

TEMPUS FUGIT


Felipe González (el serio) y Aitor Lizarazu (el alegre)

El tiempo se escapa sobre todo cuando uno se lo pasa bien. Y esta ha sido nuestra situación. Hemos disfrutado como niños escribiendo este libro y, aunque no llegue a parecerlo, estamos eufóricos porque sabemos que vosotros disfrutareis leyéndolo.

Por todo ello queríamos enseñaros nuestra “oficina” que, inevitablemente, se llama TEMPUS FUGIT. Las horas se nos han pasado en sus mesas mientras sorbíamos café y asustábamos a los vecinos discutiendo sobre armas y formas de matar, sobre periódicos cuyas cabeceras desaparecieron hace mucho y sobre la metafísica de la verdad.

Tempus Fugit de Barakaldo, nuestra oficina.

Nos hubiera gustado deciros que bebimos absenta hasta caer redondos y que las musas nos visitaban a través de los vapores del alcohol pero sería mentira y, nosotros, sólo queremos escribir sobre la verdad, la verdad de las batallas en Las Merindades.

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